El antisoborno cómo práctica interna de las organizaciones, las protege de graves pérdidas económicas y no económicas casi invisibles.
¿Qué es el antisoborno?
El diccionario de la Real Academia de la Lengua Española no contiene ninguna definición para el término antisoborno. Pero define el soborno como: “Dar dinero o regalos a alguien para conseguir algo de forma ilícita”.
El soborno es una forma de corrupción la cual es definida por la RAE como: “Alterar y trastrocar la forma de algo”
Entonces, si consideramos el antisoborno como el opuesto o el antónimo de soborno, podríamos entender el antisoborno como: rehusar dar dinero o regalos a alguien para conseguir algo de forma ilícita, con el fin evitar alterar la forma correcta de hacer algo.
La corrupción.
Se trata de una desviación del comportamiento aceptable de quienes han sido asignados para cuidar lo que es propiedad de todos. Un abuso de confianza.
Es la naturaleza humana que tiende al abuso cuando le es posible para su beneficio. En general la virtud del hombre no se sostiene fácilmente cuando tiene todas las posibilidades de usar injustamente lo que no le pertenece.
En realidad la corrupción no existe. Lo que realmente existe es un descontrol, una planificada falta de planificación. Un seguimiento que no sigue a quien debe seguir y una intencionada falta de aprendizaje de la experiencia.
¿Quién se perjudica con el soborno?
Cada vez que se realiza un soborno, la mayoría de los actores de la sociedad y de las organizaciones sufren pérdidas en mayor o menor medida:
- Las empresas contratistas, al sacrificar parte de sus utilidades.
- Las empresas contratistas, al perder prestigio y credibilidad.
- Los accionistas de las empresas contratistas, al reducir los retornos de sus inversiones.
- Las empresas privadas e instituciones públicas contratantes y sus directivos, al perder imagen y la confianza de la comunidad.
- Muchas empresas contratistas, al quedar fuera de la competencia.
- Los clientes, al consumir productos y servicios de calidad inferior a la esperada.
- La comunidad, al pagar en exceso el costo de obras y servicios públicos través de los impuestos o la inflación.
- Los funcionarios y empleados, al desmotivarse ante las ganancias injustas de otros.
Solo ganan los participantes en los sobornos, quien da y quién recibe, quien ofrece y quién acepta, quien evade los controles y quien lo permite.
El soborno en los países.
Las economías de los países están siendo afectadas gravemente por el soborno, tanto en instituciones públicas como en empresas privadas.
“Al menos el 2% del PIB mundial, se destina a sobornos. Casi 2,5 billones de euros. El soborno representa una amenaza para el estado de derecho y el desarrollo sostenible en cualquier país del mundo. Es claro reductor del crecimiento económico de los países, distorsiona la competencia y presenta graves riesgos legales y de imagen” (https://www.trustinvestment.finance/consecuencias-del-soborno-en-los-negocios/).
El soborno y la corrupción representan del 20% al 30% de sobrecosto en promedio en Latinoamérica. Sus principales causas son la ineficiencia de la gestión pública y los excesivos trámites necesarios para hacer negocios.
El soborno en los negocios
Las organizaciones privadas podrían considerar qué entregar sobornos para obtener ventajas en la contratación, en la ejecución de contratos o en la gestión de cobranza les reporta beneficios.
Sin embargo en el mediano plazo, el soborno da lugar a alteraciones en la liquidez, en la imagen (reputación y credibilidad) y respeto de y entre las personas intervinientes y en general a la incertidumbre en su gestión económica, entre otros efectos.
Los riesgos de soborno aumentarán
Un estudio realizado en 2015 revela que:
- Las principales preocupaciones de muchos empresarios son el pago de sobornos, el lavado de activos, la manipulación de ofertas y la fijación indebida de precios.
- Consideran que el soborno aumentará en sus empresas debido al aumento de la contratación externa que se produce por la expansión de los mercados y las oportunidades que ofrece el comercio globalizado.
- Se reconoce que a estos contratistas externos rara vez se les entrena o incluye en los programas contra la corrupción.
- Muchas empresas investigan a sus posibles proveedores pero una vez contratados no vuelven a evaluarlos.
- La inversión en programas antisoborno puede ser el camino adecuado para mitigar los costos que genera la corrupción tales como el desprestigio, las multas y los esfuerzos para recuperar fondos perdidos.